lunes, 21 de noviembre de 2011

Cantábrico oriental,...¡crónica de un final de temporada que casi no fué!

José Angel Fernández
Zarautz, 20 de Noviembre de 2011


El final de la temporada estival en el Cantábrico oriental normalmente suele caracterizarse por la concentración en sus aguas de diversas especies pelágicas con un alto interés para el pescador recreativo.

En mayor o menor cantidad, dependiendo de los años, pueden aparecer tres tipos de atunes (atún rojo, patudo y albacora), otros tres de los denominados túnidos menores (listado, bonito y melva), dos picudos (marlín blanco y pez espada), y algunas temporadas la llampuga o dorado.

Tal y como me comentaban los científicos de la Fundación Azti Tecnalia hace ya unos años,

“Las imágenes que se muestran a continuación representan los promedios de la evolución de la temperatura superficial del mar en el Cantábrico y se han obtenido a partir de datos satélite AVHRR 1985-1997.



En dichas imágenes se ve que, durante el mes de septiembre, hay una bolsa de agua caliente en el rincón SE del Golfo de Vizcaya, siendo este calentamiento relativo un fenómeno que se repite cada año y no un hecho aislado.

Como sabemos, los túnidos y otros pelágicos migran a estas aguas en primavera y verano siguiendo el calentamiento de las mismas y desaparecen en otoño al enfriarse éstas, para desplazarse a zonas cuya temperatura está dentro de su rango óptimo. El hecho de que en el rincón más oriental del Cantábrico el agua se enfríe más tarde que en áreas adyacentes podría conllevar a que estas especies tardaran más en desaparecer de esa zona.”

Además de otros factores que también tienen mucha importancia, como por ejemplo la presencia de abundantes peces pasto, la entrada en vigor en los últimos años de las nuevas reglamentaciones destinadas a impedir la sobrepesca de nuestro querido Thunnus Thynnus trajo consigo que las temporadas 2009 y 2010 fueran especialmente destacadas por la aparición sobre todo de bancos de grandes atunes que al final del estío, y comienzo del otoño, se concentraron fundamentalmente frente a las costas guipuzcoanas.



Ello permitió que los aficionados disfrutaran de un fenómeno que, aunque recurrente, no se producía a tal escala desde hacía mucho tiempo, seguramente desde hacía lustros. Ver pajareras con saltos de atunes que llegaban a rondar (e incluso superar) la centena de kilos, y poder tentarles a popping, spinning o jigging pesado en zonas muy concretas, y relativamente cerca de la costa, nos condujo a una locura colectiva de la que, como es obvio, todavía no hemos sanado.

Pues bien, ……volviendo a la cruda realidad del final de esta temporada 2011 que acaba de concluir, y ciñéndonos a las aguas guipuzcoanas (las que más conozco), hay que decir que las cosas han cambiado bastante respecto a los dos años anteriores. Si bien al final hemos podido divertirnos con los túnidos de menor porte (pequeños atunes, albacoras, bonitos, listados), los grandes pelágicos no han aparecido de forma reseñable.

Se ha conseguido alguna captura aislada de marlín blanco (de hecho, yo mismo tuve un toque una tarde que salí a curricán), han aparecido algunas buenas albacoras y hay quienes han tenido la suerte de poder pelear atunes de gran porte, pero nada que ver con lo vivido las temporadas anteriores en cuanto a cantidad y, sobre todo, concentración de los bancos en zonas más o menos concretas.

Buscando cuales han podido ser las causas para que una situación tan diferente se haya producido, descarto sin ninguna duda la falta de peces pasto ya que éstos han estado presentes en la zona en todo momento y, por ello, los pequeños túnidos no han faltado al festín.







Como siempre ocurre en estos casos, sin ninguna duda habrán concurrido diversos factores simultáneamente. Observando las imágenes de satélite proporcionadas diariamente por AEMET, uno de ellos puede referirse a que este año la temperatura superficial del agua no ha llegado en la zona a valores tan altos como los anteriores y, además, la diferencia de sus registros entre el Cantábrico occidental y el oriental no ha sido muy pronunciada (menor gradiente). En definitiva, el Golfo de Vizcaya ha resultado estar algo más homogéneo, térmicamente hablando y en valores relativos, respecto a lo que se puede considerar normal.

Sea esta o no la principal causa del cambio de escenario (nunca lo sabremos a ciencia cierta), seguimos esperando a que podamos disfrutar de nuevo de los grandes atunes rojos en la zona; ello indicará que las medidas tomadas para su recuperación son efectivas, y que las circunstancias oceanográficas en todos los aspectos vuelven a la normalidad. ¡Buena pesca! 


2 comentarios:

Jose Manso dijo...

Es posible que tus comentarios sean los acertados ya que en la costa asturiana este otoño tuvimos mas que nunca cantidad de pajareras con atunes (rojo y patudo) comiendo en superficie. Estupendo y serio blog, felicidades y un saludo.

Jose Angel dijo...

Me alegro de que en vuestra zona los hayais visto esta temporada, y de que te guste el blog.